Según
la WFMT (“World Federation of Music Therapy”) la investigación, la
práctica, la educación y la formación clínica en musicoterapia se basan
en los estándares profesionales de acuerdo a los contextos culturales,
sociales y políticos.
Si
bien en numerosos países del mundo la musicoterapia es una profesión
reconocida legalmente, no lo es todavía en España. Las diferentes
asociaciones nacionales estamos hacendo todo lo posible para que este
reconocimiento llegue lo antes posible.
El
perfil de los musicoterapeutas suele ser muy variado, pues estos
profesionales provienen de distintas áreas como son la psicología, la
medicina o la educación. Sin embargo, hay un requisito mínimo que se
debe cumplir para poder ejercer la profesión de musicoterapeuta en
nuestro país: haber cursado una formación de Postgrado en musicoterapia
que sea, bien un título universitario, bien un título no universitario
expededido por un centro formativo con respaldo académico verificable y
homologable. Dicho título debe tener un mínimo de 60 ECTS, incluyendo un
programa de prácticas supervisadas en musicoterapia así como un proceso
formativo didáctico y terapéutico personal (“self-experience”).
Además
de este requisito mínimo, es muy recomendable para cualquier
musicoterapeuta mantener una actualización constante de sus
conocimientos mediante la asistencia y participación en seminarios,
cursos, grupos de trabajo y congresos, y un contacto estrecho con la
comunidad profesional a través de la pertenencia a una asociación
regional de musicoterapia (como la AMTRM).
Si
estás pensando en recurrir a los servicios de un musicoterapeuta, pide
que te informe sobre su formación y experiencia. Un musicoteapeuta es un
profesional cualificado que ha recibido una formación muy específica y
aplica la musicoterapia en un proceso metodológico, individualizado y
bajo un estricto código ético y deontológico. Aquellos que realizan
cursos, talleres o intervenciones de “musicoterapia” sin ser
musicoterapeutas cualificados, están desprestigiando enormemente nuestra
profesión y mostrando un nulo respeto por las personas a las que están
engañando.
Si
sospechas que alguien está incurriendo en este intrusismo profesional,
por favor, ponte en contacto con la AMTRM. Con tu ayuda podremos velar
por la ética y el prestigio de nuestra profesión, y sobre todo, por la
salud y los derechos de las personas que buscan mejorar su calidad de
vida, o la de sus seres queridos, a través de la musicoterapia.